La depresión aumenta el riesgo de sufrir ictus
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Las personas que padecen los síntomas propios de una depresión podrían estar expuestas a un mayor riesgo de derrames cerebrales. Recientes estudios en la materia sugieren que la depresión aumenta el riesgo de sufrir ictus y de no recuperarse bien de ello.
Los informes, recogidos y publicados en la revista online Neurology -la revista médica de la Academia Americana de Neurología-, coinciden en que los pacientes con señales de depresión suelen tener procesos de rehabilitación más lentos y menos exitosos tras sufrir un ictus.
¿Cómo afecta la depresión al cerebro?
Robert P. Murphy, de la Universidad de Galway y autor de la investigación, argumentó que «la depresión afecta a personas de todo el mundo y puede tener una amplia gama de impactos en la vida de una persona». Por eso la necesidad de abordar cómo repercute en los pacientes.
Los profesionales analizaron la relación existente entre el riesgo de sufrir un ictus y una serie de factores que se asocian a este evento. Entre ellos las «opciones vitales», los síntomas previos y el consumo de antidepresivos.
«Los síntomas depresivos estaban relacionados con un mayor riesgo de ictus y además el riesgo es similar en los distintos grupos de edad», afirman. Esto, tras evaluar la situación de más de 25.000 adultos de 32 países de Asia, África, Europa, Oriente Medio y América del Norte y del Sur.
Al comparar a los más de 13.000 voluntarios que habían sufrido un ictus con los 13.000 participantes de semejante sexo, edad y etnia, descubrieron que los pacientes con derrames mostraban indicios de mala salud como diabetes, hipertensión y otras enfermedades.
¿Qué dicen los resultados del informe?
Lo más importante es que, finalizado el estudio, el 18% de los pacientes que habían sufrido un ictus también padecían de depresión. Sólo el 14% de los pacientes que habían sufrido un ictus padecían de depresión. Un 4% de diferencia, sí, pero son miles de personas.
Si a eso le sumamos otros factores como el estilo de vida, los pacientes con depresión y malos hábitos tienen hasta un 46% más probabilidades de sufrir estos episodios que las personas que no presentan depresión y siguen buenas costumbres de dieta y ejercicio.
«Hemos profundizado en el modo en que los síntomas depresivos pueden contribuir al ictus. Los síntomas de la depresión pueden repercutir en la salud mental, pero además aumentar el riesgo de ictus. Los médicos deberían estar atentos a los síntomas de depresión y utilizar dicha información para ayudar a orientar las iniciativas sanitarias centradas en la prevención del derrame cerebral», recomiendan.
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